#ElPerúQueQueremos

Carta a mi padre en su día

Tengo muchas razones para no celebrar el día del padre... aún cuando mi viejo siempre vive en mi mente, en mis recuerdos y en mi corazón

El mejor legado de un padre a sus hijos es un poco de su tiempo cada día

Vicente Battista

Publicado: 2015-06-20


Hola papá:

¿Cómo estás? La verdad es que te echo mucho de menos... ¿Sabes que día es hoy?... pero que pregunta más idiota se me ocurre hacer... claro que lo sabes, es el tercer domingo de junio ¡Sí! ¡El día del padre! ¡Felicidades viejito!

Es casi medianoche, estoy físicamente destrozado (tú sabes de sobra la razón y sé que me dirás que eso me pasa por sinvergüenza) y a pesar de eso, no me puedo dormir, y eso que como buen Guzmán, tengo el sueño de un oso en plena hibernación, pero me he quedado viendo una película que se llama "Encuentro conmigo mismo", me la prestó un amigo, sé que odias que te haga resúmenes de películas que normalmente no te interesa ver, pero solo por esta vez concédeme este capricho. Es la historia de un cuarentón que se encuentra con él mismo pero cuando tenía ocho años y termina dándose cuenta que tenía una deuda con el pasado. Aunque no eran padre e hijo hay en la historia, una relación traumática entre él y el padre y en ese momento de la vida del viejo, el hijo (Bruce Willis) no estaba, al menos cuando su padre lo necesitaba... ¿sabes algo? Me sentí reflejado y me sirvió para darme cuenta que tengo una deuda que nunca podré pagarte viejito

Creo que alguna vez te lo dije... ¿Lo recuerdas? El último día en que te dí un beso en la frente al despedirme de tí sin saber que sería la última noche que te vería con vida y me tuve que ir del hospital aunque no quería hacerlo, porque hubiese preferido quedarme contigo y acompañarte en el desenlace que ya sabía que sería inevitable. Quise quedarme con la imagen que tenía de tí y no la que me quedó grabada con fuego en mi memoria, no en ese lugar y no de ese modo. Pero mi conciencia empezo con la lógica innegable que azotaba mi egoísmo personal y me gritaba que no merecías ese sufrimiento y que era mejor que descansaras, aquella sensación ardiente en mi pecho que me llevó a arrodillarme ante una imagen del Señor de los Milagros y rezar por primera vez en 12 años, rogando que tu sufrimiento terminara... Y esa sensación de que alguien te estaba esperando y que yo era no era el único que te necesitaba a su lado. Sé que me escuchaste cuando empezaste a irte frente a mi y mi desesperación te trajo de vuelta... ¿pero qué podía hacer? era un joven estúpido de 20 años... te pedí que no me dejaras tan pronto y corrí en busca de ayuda, a los minutos de llamarte y escuchar mis ruegos, finalmente abriste los ojos pero sabía ya que era la última vez. ¿Sabes? No quería que te fueras, a pesar que había aceptado que era lo "correcto", no solo porque era un egoísta, si no porque me moría de miedo de solo pensar que me convertía con eso en el "hombre de la casa" y la sola idea de tomar tu lugar y ocupar tu rango me aterraba enormente. Esa noche mientras me despedía puse en el beso que deposite en tu frente todas las palabras que no pude decir y te dije lo mucho que te amaba. Hoy quiero repetírtelo papá ¡Te quiero viejo!

Sé que los seres humanos andamos por el mundo intentando amoldar a los otros a nuestras necesidades, nos es más fácil pedirle al otro que sea como nosotros queremos, que aceptarlo como es. Cuantas veces confundimos la necesidad con el amor. Es cierto que siempre te necesité y siempre estuviste allí para mí, aún cuando nunca quise entender que ya no estabas en la edad de andar jugando con un niño ni tampoco que no tenías realmente la obligación de hacerlo, sino que lo hacías por propia voluntad, porque me adoptaste como tu hijo, porque no me quisiste dejar solo con el rango de "nieto" y me presentabas al mundo entero como "Tu hijo", no sabes como se me hinchaba el pecho de orgullo al escucharte decirlo. Me acompañaste casi en todos los pasos de mi vida y me dejaste cometer mis propios errores, esperando que pudiese aprender algo de ellos (y vaya si lo hice) y aunque me hubiese gustado que estuvieses presente en mi debut actoral, sé que estuviste allí, sentí tu energía conmigo y eso me dió el valor para salir a escena. Gracias papá  

Una de las cosas que he aprendido es que siempre tenemos la vida cuesta arriba. Sé que fuiste mejor padre que lo que mi bisabuelo Antonio fue contigo y combinaste sus enseñanzas con tu propio instinto, de modo que me convertiste en un hombre hecho y derecho con un alto código de honor (que debo decir me trae problemas algunas veces) pero del cual me siento profundamente orgulloso, porque he podido seleccionar mis amigos verdaderos y los cuento con los dedos de una mano sin dudar. Cuando me pongo a pensar en el significado de la vida entiendo lo que dicen los filósofos de plazuela: "Uno es un soldado y la realidad es el campo de batalla donde debe librar todas sus batallas para cambiar su destino" y tu circunstancia no fue fácil... para nada fácil, pero pudiste encontrar tu vida feliz con una mujer maravillosa y tuviste una familia que te amó (te seguimos amando y lo seguiremos haciendo por toda la eternidad)

Quiero contarte algo, aunque me tomó mucho tiempo, finalmente hice las paces conmigo mismo, estoy muy feliz de ejercer mi profesión, estoy orgulloso de ser actor y de vivir haciendo lo que amo. Estoy orgulloso de ser el primer hombre de los Guzmán en mi generación, en vivir sus sueños sin importar lo que digan los demás

No sabes lo cerca que me siento de tí cuando me siento en el malecón de Miraflores a mirar el mar, aún cuando no solías ir a la playa es el único lugar donde puedo conversar contigo y sé que el mar te lleva mi voz... no sabes lo mucho que lloré al escribir esta carta (aún tengo lágrimas deslizandose desde mis ojos hasta el suelo) Todavía conservo tu pulsera, tu cadenita y tu anillo, me los pongo siempre como una forma de tenerte siempre conmigo, ni siqueira salto a escena si no los tengo puestos, aún cuando el personaje no los lleve, yo insisto en tenerlos... sin ellos me sentiría frágil y vulnerable. ¡Ah! Antes que me olvide, tu amigo Juan Alayo te manda saludos, es un extraordinario hombre y mañana lo llamaré para saludarlo, sé que lo extrañas y no faltará mucho tiempo para que lo lleves a tu lado, solo espero que cuando suceda, él pueda estar en paz y descanse finalmente como el buen solado que es

Hoy me arrepiento de no haberte dicho todas las cosas que guardaba en mi alma en su momento, tal vez si lo hubiese hecho nos hubiésemos abrazado y llorado juntos... Tal vez...

Quiero pedirte disculpas ¡Perdoname viejo! Por no haberlo hecho, por haber sido un cabeza dura y haberte causado tantos dolores de cabeza. Por haber esperado a ese último momento para decirte que te amaba tanto.

Te extraño, extraño tu presencia, tu deambular por la casa, la seguridad que me daba saber que estabas ahí cuando te necesitábamos, extraño hasta tus lanzamientos de pantuflas cuando te jalaba las medias y te las amarraba una con la otra para molestarte

Ya es hora de despedirme viejito, salúdame allá arriba a la Mimi, a los tíos Lida y Juanillo, a la tía Emma y al tío David. Sé que estarás discutiendo con el tío Hugo por ver quien llena más rápido el geniograma y terminarás jugando casinos también con el tío David. Saludos a todos por allá, no los nombro a todos porque tendría una lista interminable y sé cuanto te aburre lo enormemente largo. Hasta pronto papá, te amo


Escrito por

Oscar Guzmán

Actor y Director de Asociación Cultural Luz y Sombras, adicto a la cafeína, chocolates y amante perpetuo de la hora de dormir


Publicado en