Escribo esta crónica, no con la intención de "dar pena" o causar revuelo político ni social (porque sé que esta crónica no será más efectiva que tratar de frenar un tren, disparándole con una pistola de agua) Escribo esta crónica con la finalidad de soltar toda mi rabia interna, toda esa indignación que he venido acumulando durante 27 años (si, parece poco, pero es nada más que la pura verdad)  Escribo esta crónica, no solo por mí, si no considerando que es el pensamiento de todos los  gordos no solo del país, sino también del mundo, ya que esta situación se da en el mundo entero
Si... soy gordo

Soy gordo, sí ¿Para que negaría lo que es más que evidente? Soy gordo según el dictamen inquisitorial de la balanza, de ese mugroso aparato que me recuerda que no encajo en el biotipo "perfecto" que el mundo espera imponer. Soy gordo y lo asumo, aunque en el mundo en el que vivimos, la gordura sea “políticamente incorrecta”, casi tanto como las ideas que van en contra de lo que piensa la mayoría (ya sea en religión, política, sexo, etc) Soy gordo y para muchos suena realmente chocante en tiempos donde una abdominoplastia, liposucciones, ‘liftings’, siliconas, dietas peligrosas y bronceados a la mala son parte del día a día y tan comunes como las monedas falsas que entregan los cobradores de combis (en muchos casos, no en todos)

Ser gordo en estos tiempos es un verdadero problema. Es motivo de vergüenza social y de complejos. Y es que a la gordura se le atañen un sinnúmero de complicaciones, enfermedades dolencias (en esto último si debo darle la razón a los médicos, ser gordo no es bueno para la salud) Tanto así, que el simple hecho de salir a caminar por las calles siendo un gordo o “gordito” (diminutivo que utilizan muchos en tono burlón) Suele convertir al caminante en el objeto de todas las miradas, murmullos, chistes, insultos y bromas de mal gusto


La sociedad ha dado su veredicto: La gordura es una enfermedad, los gordos somos unos apestados sociales, estéticamente feos y por lo tanto hay que combatirnos (Entiéndase desaparecernos) Quisiera creer que no toda la sociedad es igual, sin embargo, he vivido 27 años en medio de esta inmundicia y puedo decir sin miedo a equivocarme, que la estupidez es el mayor problema de esta sociedad (además de la hipocresía, aunque muchos no sepan diferenciar una de otra) 

Fotografía: Haley Morris-Cafiero

“Estás gordo”, esa era la primera frase que me decía un amigo al que conozco hace 24 años, cada vez que me encontraba por la calle. Nunca me preguntaba por mi trabajo, ni por mi familia, ni siquiera por mis proyectos... nada de eso. Siempre iba de frente al asunto: “Estás gordo”. Y es que especialmente en el Perú, se puede ser ladrón, corrupto, alcohólico, drogadicto, vulgar... ¿pero gordo? JAMÁS


Muchos lectores (suponiendo que me lea más de una persona) creerán que estoy exagerando, pero basta con mirar alrededor, mirar en el micro en el que van a casa o a trabajar. Verán allí al menos a un gordo intentando encajar, verán la incomodidad reflejada en su rostro cuando se desocupa un asiento y finalmente puede ocuparlo, solo para ser incordiado(a) por alguien que se queja que ocupa mucho asiento o por el simple hecho de no poder sentarse completamente porque no tiene espacio suficiente

Imagínense por un momento, en un gordo intentando subir a una combi para llegar a su domicilio o a su trabajo. Lograrán ver o recordar los comentarios insultantes del cobrador o del chofer que exigen que el gordo(a) se baje de su unidad, porque les ocupa mucho espacio, porque puede romper el asiento o exigiendo que recorran un trayecto mucho menor por el solo hecho de ser gordos. Estoy seguro que alguna vez lo habrán visto. Puedo mencionar también como ejemplo a los niños, esos pequeños que son el "futuro del país", cuando ven a un gordo pasar por su lado en las calles, será perfectamente audible el comentario "mira mamá (o papá) ese señor (o señora) tan gordo" y la carcajada correspondiente del padre o madre celebrando la palomillada de su vástago


Yo recuerdo perfectamente cuando estaba en el colegio, desde que tengo memoria, los otros estudiantes hacían mofa de mi obesidad, yo era siempre el hazmerreir de todo mundo: porque el pantalón me quedaba apretado, que si porque la camisa parecía que me explotaría... Yo era el bufón de la clase y siendo un niño, no podía hacer si no tragarme mi orgullo y refugiarme en mi mismo, creyendo que era menos que los demás por ser gordo. Empecé a acumular enormes dosis de rencor hacia la sociedad cuando escuchaba que otros hablaban de la fiesta a la que los habían invitado y no podía evitar preguntarme "¿Y por qué a mi no me invitan?" Cierto es que no podía jugar futbol (de hecho nunca me ha gustado jugarlo, prefiero el basket o la natación) porque me cansaba muy rápido, estaba condenado a no ser popular, a ser el centro de las burlas y a ser probablemente el único que demoraría una eternidad en tener enamorada. Así es que mi niñez fue en extremo solitaria, me refugié en mis libros, devoraba con ansiedad cada historia que caía en mis manos y con ello también me gané el la denominación de "nerd" (si ser gordo ya era malo, ser nerd lo hacía mucho peor) Poco a poco me fui volviendo un niño solitario, introvertido, que sufría sin exteriorizarlo para no darle la "satisfacción" a quienes se burlaban

Me pregunto ¿nunca se han puesto a pensar que los gordos también tenemos sentimientos? No estamos obligados a ser el "gordo buena gente" o el "gordo gracioso" que obligatoriamente debe haber en cada grupo social. No tenemos tampoco motivos para ser tratados como ciudadanos de segunda clase y es que incluso para conseguir un trabajo en cualquier país del mundo, prima más el peso o la apariencia física que tu capacidad. Pongamos por ejemplo, trabajos part time, algo tipo Starbucks, Pinkberry, KFC, Bembos o alguno de estos locales ¿entienden lo que quiero decir? No importa si eres un estudiante sobresaliente, si le donaste un riñón a un niño para salvarlo, si vives en un asentamiento humano o en un departamento en una zona exclusiva... importa como luces. O sea, si eres gordo, no conseguirás el trabajo, porque necesitamos gente que "se vea bien" 

 

No pretendo cambiar la forma de pensar de esta sociedad, para ello tendría que cambiar a toda la humanidad y eso de por sí, no se dará solo porque yo quiera... no pretendo tampoco que crean que juego a "hacerme la víctima" o "hacerme el mártir", solo quiero que entiendan mi punto de vista. Quizá esta crónica sea irrelevante para "asuntos más importantes en el país", si, quizá sea cierto... pero piensen un poco antes de soltar una carcajada cuando ven a un gordo(a), piensen un poco antes de soltar un comentario hiriente o un insulto... piensen que a nosotros también nos duele, también sentimos y somos tan normales como cualquier otra persona... piensen que ustedes también lo sentirían si se convirtiesen en el centro de las burlas, solo porque es "socialmente correcto"

Este es el testimonio de un gordo, como tantos otros... solo que yo pude plasmar en esta crónica lo que pienso...